sábado, 11 de junio de 2011

UNA NUEVA ENFERMEDAD: LA ELECTRO - HIPERSENSIBILIDAD

En estos últimos meses, comienza a escucharse con fuerza la irrupción de una nueva enfermedad, conocida como EHS (Electro–hipersensibilidad).

Estamos comenzando a ver como progresivamente, aumenta el número de personas que padecen esta nueva dolencia no reconocida por nuestra sanidad pública, como ocurre con la FM, SQM y EM (antes SFC) y sin duda, con otras muchas más de las que se sabe muy poco y se investiga aún menos por intereses que todos conocemos pero que no estará de más recordarlos.

Por un lado tenemos a las mafiosas farmacéuticas que no les interesa que se cure a nadie ya que su principal negocio está precisamente en las “enfermedades crónicas” de las que obtienen cuantiosos beneficios.

Por otra, están nuestros lamentables políticos que por cuestiones económicas no quieren ver nada de lo que le ocurre al pueblo que se supone debería procurarles bienestar; algo que como estamos viendo, no ocurre. Y no entramos ya en los posibles beneficios que también obtienen de esas mismas farmacéuticas con sus “favores”.

Nuestro organismo, tarde o temprano, termina respondiendo al trato recibido y si este está expuesto a radiaciones y/o sustancias nocivas y desmesuradas de un modo permanente, termina enfermando.

Esa debe ser sin duda la razón de la electro-hipersensibilidad. El crecimiento descontrolado de las líneas de alta y media tensión; de telefonía móvil y numerosos aparatos eléctricos de todo tipo que nos rodean hasta en los espacios más inverosímiles, ha permitido el estallido de esta nueva enfermedad.

El organismo dijo basta y comienzan los serios problemas para quien las padece puesto que tiene que seguir viviendo rodeado de la mencionada contaminación, y resulta muy complicado evitarlo.

Lo mismo o parecido puede ocurrir en cuanto a la FM, EM (sfc) y SQM pero trasladándonos al campo de la química. Nos han envenenado lentamente y ahora que la sociedad enferma, nos marginan e ignoran todos nuestros supuestos derechos.

El periódico El País opinaba en este sentido:

"De igual forma que la Sensibilidad Química Múltiple puede hacer que una persona se haga muy sensible a dosis muy pequeñas de productos químicos, los afectados por electrohipersensibilidad pueden hacerse sensibles a niveles de campos electromagnéticos que normalmente, para el público en general, pasarían desapercibidos. Por otra parte, la mayoría de las personas intoxicadas por productos químicos (insecticidas, pesticidas, metales pesados, retardantes del fuego, etc.) padecen electrosensibilidad sin saberlo".


Retomando la EHS como una nueva enfermedad, tendremos que decir que efectivamente sus efectos comienzan a ser claramente visibles por el número de personas que la padecen, que no cesa de crecer progresivamente. Pero para entender las causas de todo esto, tendremos que retroceder en el tiempo más de veinte años cuando se instalaba una línea de alta tensión que cruzaba todo un barrio y a pocos metros de estos mortíferos cables, jugaban niños alegremente mientras los adultos, descansaban tan tranquilos sentados en un banco del paseo.




Muchas de esas personas murieron de cáncer, aunque la estadística oficial no lo contemple y las autoridades, claro está, como siempre, miran hacia otro lado mientras llenan sus bolsillos por su benevolencia.

En Internet encontramos una amplia información sobre esta enfermedad aunque no terminen de ponerse de acuerdo con el nombre de la misma.

"La electrosensibilidad forma parte de las nuevas enfermedades surgidas en el seno de las sociedades desarrolladas. Se trata de una enfermedad notoria recurrente provocada por la exposición a campos electromagnéticos. Ser eléctricamente sensible significa poseer un conjunto de síntomas (dolor de cabeza, cansancio crónico, dificultad para dormir...) que se activan o se intensifican al encontrarse cerca de aparatos eléctricos, transformadores, antenas de telefonía móvil y/u otras fuentes de radiaciones.



Sin embargo, la persona afectada no aparenta tener problema alguno mientras no se exponga a los campos eléctricos. Toda enfermedad recurrente que sea producida por radiaciones, y que disminuya o desaparezca cuando uno se aleja de la fuente que los genera, constituye un caso de electro – hipersensibilidad".

Esto ya lo anunciaba Mariano Bueno, pionero de la geobiología en España, en su libro “Vivir en casa sana” editado por Martinez Roca hace, como ya dijimos, muchos años, al que después, siguieron otros libros que nos explican, con absoluta claridad, como nos rodean energías que pueden matarnos lentamente.

Siempre han prevalecido los intereses económicos, a los humanos, y siempre terminamos pagando las consecuencias los mismos.

Es interesante entrar en la Web de M. Bueno donde podremos obtener información exhaustiva sobre este tema y de los mencionados libros, además de los posteriores sobre agricultura ecológica, entre otros temas.



http://www.mariano-bueno.com/

La misma fuente de información termina diciendo sobre esta dolencia no reconocida lo siguiente:

"Según las últimas estimaciones para las sociedades modernas la población electrosensible oscila ya entre el 3 y el 5%, lo que eleva a unos 13 millones el número de europeos que sufren este mal. En Suecia, primer país que aceptó la electrosensibilidad como causa de baja laboral (invalidez física), la cifra de afectados se eleva a 250.000.



Las personas que padecen hipersensibilidad a los campos electromagnéticos ven mermada enormemente su calidad de vida no sólo por sus síntomas físicos sino también por los profundos cambios emocionales que suele llevar aparejados. A esto último hay que añadir una serie de inconvenientes: por un lado, la dificultad de su diagnóstico (de tipo clínico, aunque la mayoría de los médicos no la identifican aún en su consulta porque en nuestro país todavía no está tipificada) hace que a la persona que empieza a padecer el conjunto de síntomas se la derive de especialista en especialista.



Estos errores de diagnóstico, con frecuencia agravan el síndrome, pues hacen que el sujeto permanezca expuesto largos años al agente causal y retardan el tratamiento correcto. Por otro lado, las personas con este problema comienzan a recibir la exclusión social, empezando por los familiares, amigos y después en su trabajo. Se les califica de alarmistas, vagos, hipocondríacos, inadaptados sociales... cuando en realidad lo que están padeciendo es una enfermedad orgánica reconocida por la Organización Mundial de la Salud".



Así pues, como ocurre con la FM, EM y SSQM, tenemos una nueva enfermedad provocada por ellos que se instala como siempre en las clases más desfavorecidas (ellos no vivirán al lado de una línea de alta o media tensión...) y que para añadidura, las ignoran por completo lo que podría llamarse en términos jurídicos, “con alevosía”.

Una vergüenza más para nuestros malsanos políticos junto a los que los mantienen desde la sombra y que todos sabemos quiénes son.

1 comentario:

  1. Porem mesmo essas doenças novas podem ser tratadas pelos métodos antigos e de forma bastante eficaz. Tenho sobrevivido às expectativas de um LES, com boa qualidade de vida tratando-me há décadas por acupuntura, não só as agulhas, mas principalmente a utilização de TODOS os princípios, e principalmente a busca das causas internas do adoecimento.

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