Desde que comenzamos nuestros primeros movimientos reivindicativos hasta el presente blog, han pasado dos años. Desde entonces, los mensajes recibidos desde muchos y distintos lugares del mundo pueden contarse a cientos, y todos ellos, excepto una pequeña minoría, de agradecimiento y apoyo incondicional.
Son muchos los enfermos que dicen, en estos mensajes, que ya no podían más y estando a punto de tirar la toalla, gracias a la carta de nuestro hijo, han decidido continuar luchando y además, se han unido a nuestra denuncia.
Entre esos numerosos mensajes, hubo alguno que discrepaba con el vídeo y con nuestra denuncia, argumentando que inducía al suicidio cuando los mensajes de los propios enfermos estaban indicando todo lo contrario. Estos mensajes, a su vez, fueron contestados convenientemente por cuantos sentían que, gracias a Fabi, seguían vivos y exigiendo a nuestra sanidad, y a los políticos, un trato digno.
Sería inacabable citar todos los mensajes de agradecimiento a Fabi y a nosotros mismos y por ello, ese único mensaje quedó perdido como una aguja en un pajar y no se supo más de esta persona en la que, sin duda, existían motivos poco claros, por el contenido de su intervención.
Mensajes como el que sigue eran los que dominaban de manera aplastante:
"Acabo de estar cara a cara con mi realidad y la de muchos por la carta de Fabi, aquí en el refugio de mis cuatro paredes con una puerta que lleva a la calle pero que no soy capaz de atravesar por el miedo que el dolor me ataque de espaldas y no me dé oportunidad de salir corriendo., se me rompió el corazón a pedazos al leer sus palabras que escribió con valentía aunque le temblaran las piernas. No resistí el tener mis lágrimas como locas por alguien que no conocí pero que me identifiqué con sus letras como una canción en mis oídos, que arrulla el reclamo de la vida, de seguir siendo la fotografía de niño y reír con dulzura ... Hoy su camino es otro… Estará como una estrella en el cielo gracias a que luchó hasta el ultimo minuto por ser como era por mirar donde quería ver...se llevó lo mejor de su familia y de los amigos... y perdonó a los que no le creyeron y nos dejó la mejor lección de vida de una lucha interminable... para todos su seres queridos: él ahora está con la tranquilidad de saber que está en un sueño y que cada día le recordarán como alguien fuerte." 18 de abril de 2009 16:53
“No me he suicidado, he muerto de fibromialgia”
Es importante para la comprensión de esta frase, no sacarla de su contexto, dándole una segunda lectura que nos aleje de su significado mas profundo. Entendemos que cada persona tiene una comprensión individual y una lectura interpretativa diferente pero el mensaje, está lo suficientemente claro.
Entre tantos mensajes recibidos, los detractores no llegan ni tan siquiera al 1% por lo cual, no merecería ser considerado. Sin embargo, por no hacer lo mismo que nuestros dirigentes políticos que no quieren ver estas enfermedades precisamente por ser minoritarias (algo que en realidad ya no es así porque no cesa de crecer su número...), responderemos a ese escaso grupo.
Este ínfimo porcentaje de discrepantes con la frase “Morir de fibromialgia” alegan que no es cierto, que nadie muere de FM, que esta enfermedad no es mortal y que no debemos confundir dando datos erróneos que afectan a estos enfermos porque muchos de ellos al estar deprimidos pueden entrar en un desenlace fatal.
Los datos citados respecto a los mensajes recibidos desmienten esa posibilidad ya que el efecto fue todo lo contrario a lo que ellos interpretan pero aún admitiendo esa pequeña posibilidad, lo que está claro es que no podemos omitir una realidad que está ocurriendo.
¿Podemos ocultar lo que está ocurriendo en Libia...?
¿Podemos ocultar la terrible tragedia que está ocurriendo en Japón...?
No podemos ni debemos. Del mismo modo tampoco podemos ocultar que hay personas que se están quitando la vida, por padecer estas enfermedades debido a la marginación e incomprensión que existen tras ellas.
Otro fragmento de la carta de nuestro hijo dice: “Esta enfermedad no te mata, te destruye, acaba contigo como persona, físicamente primero y psicológicamente después. Te rompe tus ilusiones, roba la seguridad en ti mismo, fusila tus ambiciones, tu amor propio y finalmente acaba con tu dignidad.”
¿Tanto cuesta entender su mensaje...?
El dolor físico en sí, por mucho que se multiplique por todo el cuerpo, no mata, parece ser, y esta es la postura que defienden los que no se esfuerzan en comprender esta frase que dejo Fabi.
Dejando de lado los numerosos síntomas que suelen acompañar a estos dolores como quemazón, dermatitis, procesos alérgicos y dificultades respiratorias; alteraciones del sueño y otras muchas que nos dejamos por citar.
Dejando de lado el calvario médico que tienen que sufrir hasta ser diagnosticados...
Estos síntomas no matan, parece ser, pero las personas que afirman tal cosa han de saber ver los efectos colaterales que acompañan a estos síntomas. Tenemos que observar que es una enfermedad no reconocida, que no se sabe lo que la provoca y que por tanto, a día de hoy, no tiene cura.
Nosotros pensamos que la fibromialgia mata porque:
1º punto: La pérdida de esperanza de curación por ser una enfermedad desconocida genera un futuro incierto y oscuro, y mucho más para un chico de sólo 28 años.
2º punto: Es considerada una enfermedad no reconocida y por esa razón, tienen que soportar la marginación sanitaria, unida a constantes humillaciones que todos los que padecen esta enfermedad ya conocen.
3º punto: A todo ello, tenemos que añadir la incomprensión del círculo familiar y amistoso que en la mayoría de ocasiones no acaban de creer que realmente está enfermo.
Demasiados elementos en contra como para querer seguir, han pensado muchos, pues queda claro que lo de nuestro hijo no es un caso aislado y son ya muchas personas las que decidieron seguir los pasos de Fabi. Algo que también denuncia Clara Valverde en su libro “Pues tienes buena cara- SFC- una enfermedad políticamente incorrecta” o Eva Caballé en su libro “Desaparecida”.
Ocurría antes y sigue ocurriendo después de él y la única e importante diferencia estriba en la carta que dejó de despedida. Esto es lo que Fabi expresaba en su carta.
El dolor puede que no mate, pero la marginación, la incomprensión, las constantes humillaciones de la sanidad pública, los engaños de médicos sin escrúpulos y ningún valor moral... eso, sí que mata.
Debe quedar claro que nosotros no aprobamos ni alabamos la decisión que tomó nuestro hijo y que están tomando otras muchas personas, aunque sí las respetamos profundamente como un último acto de libertad del ser humano.
No podemos ignorar una realidad que nos está azotando destruyendo vidas.
Y como todo esto que acabamos de decir es consecuencia de esta enfermedad, creemos que está muy bien dicho que nuestro hijo Fabi:
MURIÓ DE FIBROMIALGIA.
La fibromialgia (FM), la sensibilidad química múltiple (SSQM) y la encefalopatía miálgica (EM y antes SFC)...
SÍ QUE MATAN.
Y ha llegado el momento de que esto salga a la luz.